(ROLAND BERGER GMBH)

Es  probable que la escasez mundial de semiconductores de baja tecnología (nodos)  que se ha  apoderado de la industria automotriz  y de muchas otras industrias desde 2020 dure varios años. Los desequilibrios estructurales de la oferta y la demanda, así como un desajuste fundamental en la cadena de suministro, fueron las causas fundamentales de la  crisis, sin embargo, fueron amplificados por el covid-19 y otros eventos externos. Estos eventos externos están en aumento, debido al cambio climático,  las tensiones geopolíticas y los eventos imprevistos (black swan),  provocando que las futuras crisis de suministro sean cada vez más probables. Entonces, ¿qué puede hacer la industria automotriz para superar la crisis actual y protegerse contra una futura?  

Las implicaciones para la industria tradicional son claras: sus automóviles dependen en gran medida de semiconductores tradicionales más antiguos. Pero las inversiones en la creación de capacidad para estos dispositivos son  bajas, lo que afecta a la producción futura y aumenta la exposición de la  industria a la escasez. Los automóviles producidos por los nuevos OEM, por otro lado, utilizan arquitecturas más avanzadas construidas sobre nuevos nodos de vanguardia. Estos chips están recibiendo la mayor parte de la inversión en capacidad, dando a las empresas que los utilizan una ventaja, que también se extiende a su abastecimiento de semiconductores más antiguos.  

La crisis ha  llevado a muchos actores a repensar las cadenas de suministro de semiconductores. Los nuevos modelos para asegurar la demanda a largo plazo y compartir el riesgo reflejan un reequilibrio del poder de negociación. En consecuencia, los fabricantes y  proveedores de automoción no deben esperar a que termine la crisis: deben  ser  proactivos en la implementación de un conjunto de medidas estratégicas.

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Fecha

21 diciembre 2021